El nos hizo

Leyendo

TEXTO BÍBLICO:  Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo,  y no nosotros a nosotros mismos;  Pueblo suyo somos,  y ovejas de su prado. Salmo 100:3
Cuenta una historia, un poco o demasiado ficticia, que los científicos se propusieron competir contra Dios señalando que todo lo que él ha hecho ellos también lo podían hacer. Se señaló una fecha para la competencia donde los científicos demostrarían que son capaces de ser creadores. Dios se presentó y el primer turno le tocó a él. Así que él juntó tierra y creó a un ser humano. Los científicos alardearon de que ellos podían hacerlo y se dispusieron a juntar tierra y Dios los interrumpe y les dice: “creen su propia tierra, esta yo la hice”.
Historia ficticia sí, pero nos hace recordar que ante todo lo que hacemos, los logros y éxitos, tenemos que reconocer que el quién nos hizo es Dios. Nosotros no nos hicimos. Lo que somos es por gracia de Dios. El salmista lo entendía. Y mas que nada porque ellos antes no tenían nada. Eran esclavos y Dios les dió la Libertad. Les dió tierra, les dió herencia.  Así nosotros debemos cada día reconocer quien es nuestro Dios y que somos de él.
Cuando reconocemos que somos de Él, la alabanza del domingo continúa en este día. Hubo un tiempo que las puertas de los templos se abrían todos los días. Aquellos que en las tardes descansaban planeaban en su rutina diaria estar en el culto expresando la alabanza a Dios. Quizás hoy en día los templos solo abren en días señalados pero nuestros hogares pueden ser también ese templo donde la música que se escuche y las voces que se oyen son de alabanza a Dios.   


Meditando
·       ¿Me he sentido orgulloso de mis logros tanto que olvido que fui creado por Dios?
·       ¿En todas mis acciones del día se puede notar que pertenezco al pueblo de Dios?

Orando
·         Una sugerencia para orar el texto del día de hoy podría ser oraciones de Alabanza a Dios.  

Contemplando 
·         En silencio vuelve a recordar en tus propias palabras el texto bíblico. Recuerda la reflexión y tu tiempo de meditación. Repite una vez más tu oración en silencio. Interioriza todo en tu corazón.
·         Escribe lo que contemplas: ¿cómo eres consolado? ¿Cómo has recibido luz para entender? ¿Ha recibido fuerzas para tomar alguna decisión?

Actuando
·         ¿Que podrás hacer de diferente el día hoy en conformidad con lo que acabas de leer, meditar, orar y contemplar?



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