Texto
Bíblico:
Lucas 16:1-8
Comentario
Bíblico:
• El evangelio de hoy nos presenta una parábola que trata de
la administración de los bienes y que encontramos sólo en el evangelio de
Lucas. Se la conoce como La parábola del administrador deshonesto. Parábola
desconcertante. Lucas dice: “El Señor alabó al administrador injusto porque
había obrado con sagacidad”. El Señor es Jesús mismo y no el administrador.
¿Cómo es que Jesús puede elogiar a un empleado corrupto?
• Lucas 16,1-2: El administrador es amenazado de despido.
“Había un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de
malbaratar su hacienda. Le llamó y le dijo: ` ¿Qué oigo decir de ti? Dame
cuenta de tu administración, porque ya no seguirás en el cargo.'” El ejemplo,
sacado del mundo del comercio y del trabajo, habla por sí solo. Alude a la
corrupción que existía. El dueño descubrió la corrupción y decidió despedir al
administrador deshonesto. Este, de repente, se ve en una situación de emergencia
y obligado por las circunstancias imprevistas a encontrar una salida para poder
sobrevivir. Cuando Dios se hace presente en la vida de una persona, allí, de
repente, todo cambia y la persona entra en una situación de emergencia. Tendrá
que tomar una decisión y encontrar una salida.
• Lucas 16,3-4: ¿Qué hacer? ¿Qué salida tomar? “Se dijo entre
sí el administrador: ¿Qué haré ahora que mi señor me quita la administración?
Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza”. Y empieza a reflexionar para descubrir
una salida. Analiza, una por una, las posibles alternativas: cavar o trabajar
la piedra para sobrevivir, pero para esto no tiene fuerzas. Mendigar le da
vergüenza. Analiza las cosas. Calcula bien las posibles alternativas. “Ya sé lo
que voy a hacer, para que cuando sea destituido del cargo me reciban en sus
casas”. Se trata de garantizar su futuro. El administrador deshonesto es
coherente con su modo de pensar y de vivir.
• Lucas 16,5-7: Realización de la solución encontrada. “Y
llamando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ` ¿Cuánto
debes a mi señor?' Respondió: `Cien medidas de aceite.' Él le dijo: `Toma tu
recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.' Después dijo a otro: `Tú,
¿cuánto debes?' Contestó: `Cien cargas de trigo.' Dícele: `Toma tu recibo y
escribe ochenta. ". Dentro de su total falta de ética el administrador fue
coherente. El criterio de su acción no es la honestidad y la justicia, ni el
bien del dueño de quien va a depender para vivir y sobrevivir, sino su propio
interés. El quiere la garantía de tener a alguien que lo reciba en su casa.
• Lucas 16,8: El Señor elogió al administrador deshonesto. Y
ahora viene la conclusión desconcertante: “El Señor alabó al administrador
injusto porque había obrado con sagacidad, pues los hijos de este mundo son más
sagaces con los de su clase que los hijos de la luz.” La palabra Señor se
refiere a Jesús y no al dueño, al hombre rico. Este jamás alabaría a un
empleado deshonesto con él en el servicio y que ahora, roba más de 50 barriles
de aceite y 20 sacos de trigo. El que alaba es Jesús. Y Jesús no alaba el robo,
sino la presencia de espíritu del administrador. Sabe calcular bien las cosas y
sabe encontrar una salida, cuando de repente se ve sin trabajo. Así, como los
hijos de este mundo saben ser expertos en sus cosas, así los hijos de la luz
deben aprender de ellos a ser expertos en la solución de sus problemas, usando
los criterios del Reino y no los criterios de este mundo. “Sean expertos como
las serpientes y simples como las palomas” (Mt 10,16)
Preguntas
para la meditación:
• ¿Soy coherente?
• ¿Cuál es el criterio que uso en
la solución de mis problemas?
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