Corrección

1 Samuel 3:12-13
 Cumpliré contra la familia de Elí todo lo que he dicho. Él sabía que sus hijos me ofendían gravemente, y no hizo nada para corregirlos. Así que voy a castigar a su familia, y nada ni nadie podrá evitarlo. 


¿A quién es mas fácil corregir?  ¿A un niño o a un adolescente? ¿a un adolescente o a un joven? ¿Hasta que edad un padre tiene la autoridad de corregir a su hijo? Son preguntas que surgen al leer el texto, ya que realmente lo que dice el Señor no suena nada amable. Realmente Dios esta molesto. Una familia llegará a su fin y al parecer el que podía frenar esto no hizo nada para corregir. 

¿Cual será el final de nuestras familias?  ¿Serán familias unidas? ¿Familias en conflicto? Sin duda queremos ver a nuestros hijos crecer y que ellos elijan a sus parejas, formen una familia al igual y sean felices. No queremos estar como "arbitros" en sus matrimonios conflictivos. No queremos estar protegiendo a los nietos del egoísmos de alguno de ellos.  No esperamos ver sus vidas divididas y destruidas.  Los queremos ver bien.    

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre como hemos actuado con nuestros hijos ante sus desobediencias, ante el poco juicio, ante su inmadurez, ante sus acciones deliberadamente malas.  Nos invita el texto a ofrecer la oportuna corrección. Ya que si nosotros pasamos por alto y no los corregimos las consecuencias seran graves

En una congregación  se le exigió al pastor que llamara la atención a los jóvenes porque se estaban portando mal. El pastor en el tiempo que el creyó conveniente los reune a todos y los exhorta de manera directa y fuerte. Al otro día, Domingo, los padres de los jóvenes, de años en la vida cristiana, mostraron su molestia al pastor por haberles llamado la atención, ya que según ellos, no era para tanto.  ¿No nos pasará lo mismo con nuestros hijos? Corregimos a todo mundo pero pasamos por alto las groserías de nuestros hijos.  

PARA REFLEXIONAR 
  • ¿De que manera corriges a tus hijos?  ¿Esta funcionando? ¿Logran entender ellos la corrección? 
  • ¿Has pasado por alto alguna actitud incorrecta de tu hijo?  

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