Eli, el Anciano

1 Samuel 3:9
Y dijo Elí a Samuel:  Ve y acuéstate;  y si te llamare,  dirás:  Habla,  Jehová,  porque tu siervo oye.  Así se fue Samuel,  y se acostó en su lugar. 

Dentro de la familia estan los personajes que ocupan el rol de ser  los abuelos.  Es muy común ver que la abuelita o el abuelito vaya de la mano con su nietecito a la escuela, al parque, a las reuniones de la iglesia. Es una imagen bella ya que sin duda la mayoría de los abuelos y abuelas aman tan profundamente a sus nietos.
     Muchos de los abuelos y abuelas hoy en día se encargan no solo de llevar a la escuela a los pequeños sino también de cuidar de ellos. Debido a las complacencias económicas donde el padre y madre de familia tiene que ir a trabajar la responsabilidad de cuidado ha pasado en manos de los abuelos. Son ellos quien amorosamente,  a pesar de las enfermedades crónicas, a pesar del cansancio de los años, sacan energías suficientes, para cuidar a esos pequeños.
    El consejo de la palabra de Dios hoy es para los abuelos. Puesto que no de los personajes del texto a reflexionar el día de hoy es  una persona mayor. Su nombre era Eli. Aunque ese momento de la historia, Eli, no estaba viviendo sus mejores días. Cansado por la edad, la frustración era parte de su vida debido a que sus hijos estaban actuando con maldad. Dios ya le había enviado a un hombre que le había dicho que el, su familia, los hijos de sus hijos, ya no estarían en el ministerio del templo.  El otro personaje era Samuel, un jovencito que había sido entregado al templo, para servir en el templo. Eli y Samuel no les unía un lazo de sangre. Lo que los unía era ese servicio. Uno era el maestro, y el otro aprendiz. Uno era anciano y el otro era un jovencito.
     Dios decide llamar a Samuel, lo llamó por su nombre y Samuel pensó que era Eli, por Samuel no había conocido a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.  La tercera vez que llama Jehová a Samuel, Elí entendió que Dios le estaba hablando  y le dio las instrucciones precisas, instrucciones que iban a cambiar por completo la vida de Samuel, instrucciones que le abrió el camino a Samuel para conocer a Jehova, instrucciones que cambiarían también el fracaso de Eli.
- Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirá: Habla, Jehová porque tu siervo oye.
    Esta es  la labor del abuelo y la abuela. Hablar de Dios a la generación joven. Darles las instrucciones precisas para que puedan responder ellos al llamado de Dios. Puesto que son parte vital en estos tiempos. Son precisamente los siervos de Dios para que la generación joven escuchen  la voz de Dios.

PARA REFLEXIONAR

  •  ¿Has tomado tiempo con tus nietos para compartirle como se puede escuchar la voz de Dios? 



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