Texto
Bíblico: Lucas 19:11-28
Comentario
Bíblico:
• El evangelio de hoy nos trae la
Parábola de los Talentos, en la que Jesús nos habla de los dones que las
personas reciben de Dios. Toda persona tiene alguna cualidad, recibe algún don
o sabe alguna cosa que puede enseñar a los otros. Nadie es sólo alumno, nadie es
sólo profesor. Aprendemos unos de otros.
• Lucas 19,11: La llave para
entender la historia de la parábola. Para introducir la parábola Lucas dice lo
que sigue: “Mientras la gente escuchaba estas cosas, añadió una parábola,
porque estaba él cerca de Jerusalén y creían ellos que el Reino de Dios aparecería
de un momento a otro”. En esta información inicial, Lucas destaca tres motivaciones
que llevan a Jesús a contar la parábola: (a) La aceptación que hay que dar a los
excluidos, pues, diciendo “mientras la gente escuchaba estas cosas”, se refiere
al episodio de Zaqueo, el excluido que fue acogido por Jesús (b) La proximidad
de la pasión, de la muerte y de la resurrección, pues decía que Jesús estaba
cerca de Jerusalén donde iba a morir en breve. (c) La llegada inminente del
Reino de Dios, pues las personas que acompañaban a Jesús pensaban que el Reino
de Dios llegaría luego.
• Lucas 19,12-14: El inicio de la
Parábola. “Dijo, pues: Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la
investidura real y volverse. Llamó a diez siervos suyos, les dio diez minas y
les dijo: `Negociad hasta que vuelva.' Pero sus ciudadanos le odiaban y
enviaron detrás de él una embajada que dijese: `No queremos que ése reine sobre
nosotros”. Algunos estudiosos piensan que en esta parábola Jesús se refiere a
Herodes quien setenta años antes (40 aC), había ido a Roma con el fin de
recibir el título y el poder de Rey de Palestina. A la gente no le gustaba
Herodes y no quería que fuera rey, pues la experiencia que habían tenido con él
como comandante para reprimir las rebeliones en la Galilea contra Roma fue una
experiencia trágica y dolorosa. Por esto decían: “No queremos que ése reine
sobre nosotros” A este mismo Herodes se aplicaría la frase final de la
parábola: “Y a esos enemigos míos, que no querían que yo reinara sobre ellos,
traedlos aquí y matadlos delante de mí.” De hecho, Herodes mató a mucha gente.
• Lucas 19,15-19: Rendimiento de
cuentas de los primeros empleados que recibieron cien monedas de plata. La
historia nos dice que Herodes recibió el título de rey y volvió a Palestina
para asumir el poder. En la parábola, el rey llama a los empleados a los que había
dado cien monedas de plata, para saber cuánto habían ganado. Se presentó el primero
y dijo: `Señor, tu mina ha producido diez minas.' Le respondió: `¡Muy bien, siervo
bueno!; ya que has sido fiel en lo insignificante, toma el gobierno de diez ciudades.
Vino el segundo y dijo: `Tu mina, Señor, ha producido cinco minas.' Dijo a éste:
`Ponte tú también al mando de cinco ciudades.' Según la historia, tanto Herodes
Magno como su hijo Herodes Antipas, ambos sabían tratar con el dinero y
promover a las personas que los ayudaban. En la parábola, el rey da diez
ciudades al empleado que multiplicó por diez las cien monedas que había
recibido, y cinco ciudades al empleado que las multiplicó por cinco.
• Lucas 19,20-23: Rendimiento de
cuentas del empleado que no ganó nada. El tercer empleado llegó y dijo:
''Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía
miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste y cosechas
lo que no sembraste”. En esta frase aflora una idea equivocada de Dios que es criticada
por Jesús. El empleado ve a Dios como a un dueño severo. Ante un Dios así, el
ser humano siente miedo y se esconde detrás de la observancia exacta y mezquina
de la ley. Piensa que, al actuar así, no será castigado por la severidad del
legislador. En realidad, una persona así no cree en Dios, sino que cree
solamente en si misma, en su propia observancia de la ley. Ella se cierra en sí
misma, se aleja de Dios y no consigue ocuparse y preocuparse de los otros. Se
vuelve incapaz de crecer como persona libre.
Esta imagen falsa de Dios aísla al ser humano, mata la comunidad, acaba
con la alegría
y empobrece la vida. “El rey
responde: '`Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un
hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por
qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con
los intereses.” El empleado no fue coherente con la imagen que tenía de Dios.
Si imaginaba a un Dios tan severo, hubiera tenido que colocar, por lo menos, el
dinero en el banco. Así que es condenado no por Dios, sino por la idea errada
que tenía de Dios y que le vuelve temeroso e inmaduro. Una de las cosas que más
influye en la vida de la gente es la idea que nos hacemos de Dios. Entre los
judíos de la línea de los fariseos, algunos imaginaban a Dios como a un Juez
severo que los trataba de acuerdo con el mérito conquistado por las
observancias. Esto producía miedo e impedía a las personas el poder crecer.
Sobretodo, impedía que las personas pudiesen abrir un espacio dentro de sí para
tener la nueva experiencia de Dios que Jesús comunicaba.
• Lucas 19,24-27: Conclusión para
todos. “Y dijo a los presentes: `Quitadle la mina y dádsela al que tiene las
diez minas.' Dijéronle: `Señor, tiene ya diez minas.' -`Os digo que a todo el
que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. El
señor manda quitarle las cien monedas y darlas a aquel que ya tenía mil, porque
“a todo el que tiene, se le dará, pero al que no tiene, aun lo que tiene se le
quitará. En esta frase final está la clave que aclara la parábola. En el
simbolismo de la parábola, las monedas de plata del rey son los bienes del
Reino de Dios, esto es, todo aquello que hace crecer a las persona y revela la
presencia de Dios: amor, servicio, compartir. Aquel que se cierra en si mismo
con miedo a perder lo poco que tiene, éste va a perder lo poco que ya tiene. La
persona, pues, que no piensa en sí, sino que se entrega a los otros, ésta va a
crecer y a recibir a su vez, de forma inesperada, todo lo que entregó y mucho
más: “cien veces más, con persecuciones” (Mc 10,30). “Pierde la vida quien
quiere salvarla, gana su vida quien tiene el valor de perderla” (Lc 9,24; 17,33;
Mt 10,39;16,25;Mc 8,35).
El tercer empleado tiene miedo y no
hace nada. No quiere perder nada y, por esto, no gana nada. Pierde hasta lo
poco que tiene. El Reino es riesgo. Aquel que no quiere correr riesgos, ¡pierde
el Reino!
• Lucas 19,28: Volviendo a la
triple llave inicial. Al final, Lucas concluye el asunto con esta información:
“Y dicho esto marchaba por delante, subiendo a Jerusalén”. Esta información
final evoca la triple llave dada al comienzo: acogida a los excluidos, proximidad de la pasión, muerte y resurrección
de Jesús en Jerusalén y la idea de la inminente llegada del Reino. A los que
pensaban que el Reino de Dios estaba por llegar, la parábola manda mudar la
mirada. El Reino de Dios llega, sí, pero a través de la muerte y de la
resurrección de Jesús que acontece en breve en Jerusalén. Y el motivo de la muerte
fue su acogida, la acogida que Jesús daba a los excluidos como Zaqueo y a
tantos otros. Molestaba a los grandes y ellos lo eliminaron condenándolo a
muerte y a una muerte de cruz.
Preguntas para la meditación:
• En nuestra comunidad, ¿tratamos
de conocer y valorar los dones de cada persona? A veces los dones de unos
generan envidia y competitividad en otros. ¿Cómo reaccionamos?
• Nuestra comunidad ¿es un espacio
donde las personas pueden explayar sus dones?
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